No nos hacemos una idea de hasta qué punto el entorno en el que hemos crecido nos ha formado en la vida. Fuimos expuestos constantemente a los ejemplos de cómo sacar provecho de nuestro deseo egoísta. Así es como los otros lo realizaron y, de ellos, hemos aprendido a hacer lo mismo. ¡Nunca recibimos un solo ejemplo de cómo llevar a cabo actos de otorgamiento! Esto fue así incluso cuando se nos enseñaba “buena” conducta o se nos explicaba que ciertos comportamientos eran para nuestro máximo beneficio.
En otras palabras, estábamos recibiendo, constantemente, ejemplos egoístas. El programa de recepción destinado a asegurar una ganancia egoísta fue simplemente “incrustado” en nosotros. Más tarde, el hábito se convirtió en una segunda naturaleza y ahora no puedo ver el mundo de otra manera. Posiblemente, si hubiera visto el mundo en olas de otorgamiento, en lugar de las de recepción, tendría un cuadro completamente diferente. ¿Quién sabe si tal vez vería algo que actualmente no puedo discernir?
Yo simplemente crecí y me convertí en lo que soy. Ahora, requiero de un enorme trabajo para transformar mi naturaleza. Pero tal vez llegará un tiempo en el que los niños crecerán de una manera diferente, en un ambiente de profesores, padres, miembros de la familia y de la sociedad en general. Un ambiente en el que todo el mundo se relacionará, el uno con el otro, de una forma completamente diferente: altruistamente. Entonces los niños serán influenciados de esta manera altruista.
(De la 4 ª parte de la lección diaria de Cábala 6/6/10. Artículo, Sobre la importancia de la sociedad).