No hay Luz sin una vasija y, no hay llenado sin un deseo. La Luz Superior se encuentra en un estado de reposo absoluto; llena y rodea por completo a la creación. Todo depende, únicamente, de nuestro deseo, de nuestras vasijas de percepción. Si anhelamos este particular llenado, lo percibiremos. Sin embargo, si nuestro deseo no se corresponde, exactamente, con la frecuencia o la cualidad del llenado (es decir, no hay equivalencia de propiedades entre el deseo y lo que lo llena), entonces, no nos sentimos satisfechos. Múltiples ejemplos del mundo corpóreo dan prueba de ello.
Tenemos que llevar nuestro deseo hasta la Luz Superior para que sea llenado. Para hacer esto correctamente, el deseo tiene que corresponderse con la luz, es decir, estar en otorgamiento. ¿Cómo vamos a adquirir esta fuerza de otorgamiento? Los cabalistas dicen que, en cada persona, existe el poder de otorgar pero, es muy pequeño y, permanece así en la persona que se mantiene sola.
Dicho poder de otorgar sólo crecerá si una persona se une con los demás. Si desea obtener otorgamiento y está dispuesto a hacer lo que sea necesario con el fin de recibir, del grupo y de los amigos, sus deseos de dar, entonces, adquiere de ellos muchos de esos mismos deseos. Puede hacerlo en la medida en que se anule a sí mismo y exalte a los amigos, por encima de él mismo. De esta manera, estará listo para recibir de ellos un mayor deseo de otorgar, tanto en calidad como en cantidad. Y si una persona tiene el deseo de otorgar, entonces la Luz, durante la lectura de El Zóhar, trabajará en él; dicha Luz comenzará a organizar su deseo y llenarlo.
Por lo tanto, la preparación a la lectura de El Zóhar debería tener lugar en el grupo, en la mutua “incorporación” de unos en otros, con el fin de formar un fuerte deseo. En este caso, tendremos éxito. Podemos acelerar el tiempo y acortarlo, sin necesidad de sumergirnos en un sufrimiento corporal prolongado. Podemos transformar los sufrimientos terrenales en tormentos de amor, lo cual significa sufrir por no tener las cualidades de otorgamiento; por no tener el deseo de dar que debemos alcanzar. Podemos trabajar con el grupo y los amigos y, al hacerlo, adquirir tal voluntad.
Como vemos, todo está en nuestras manos. De hecho, podemos poner el cronómetro a cero. El Creador sólo creó el punto de “la existencia desde la ausencia.” El resto nos lo entregó a nosotros, para que aumentemos nuestro deseo desde el tamaño del punto en el corazón hasta el de la extensión de Maljut del Infinito. Esto sólo es posible si nos unimos. Por lo tanto, sólo tenemos una oportunidad de alcanzar el deseo por la Luz: esforzarnos en estar juntos dentro de nuestros pequeños deseos de otorgar.
(Extracto de la primera parte de la lección diaria de Cabalá 6/6/10 El Zóhar)